lunes, 28 de abril de 2008

Alcohol.

Este no es mío, pero lo encuentro genial, ¡digno del Templo!... así que ahí está:

Era una vez un borrachito que estaba arriba de un poste. En eso, llega un policía que le dice:
-¡Bájese de ahí!, ¡es muy peligroso!.

El borrachito, obediente, se baja del poste, y se acerca al policía para saludarlo, diciendo:
-Señor policía, ¡tanto tiempo!, gusto de saludarlo.

Entonces, el policía le pregunta:
-¿Quién es usted?

A lo que el borrachito contesta:
-¿No se acuerda de mí?, ¡soy yo, el del poste!.

t/r

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